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viernes, 14 de mayo de 2010

La caída del juez Garzón. Punto para la impunidad

En la mañana de hoy viernes 14 de mayo, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) de España, ha decidido suspender al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, después de que el magistrado del Tribunal Supremo Luciano Varela abriera el miércoles juicio oral contra él por presunta prevaricación al investigar los crímenes del franquismo.
Garzón acumula tres causas en el alto tribunal. Las otras dos querellas que tiene pendientes se refieren a unas escuchas ordenadas durante la instrucción del caso Gürtel y a la financiación de cursos organizados por el magistrado en la Universidad de Nueva York.
Carlos Jiménez Villarejo, ex fiscal Anticorrupción español, dijo que es un golpe similar al 23-F, en referencia al 23 de febrero de 1981, cuando un grupo de militares españoles intentó un golpe de Estado, asaltando el Congreso de los Diputados al mando del teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero, durante la votación del candidato a la Presidencia del Gobierno, Leopoldo Calvo-Sotelo.
Es un momento triste para la democracia española y para esta parte del mundo. A Garzón parece haberlo cogido una de las garras del dictador Franco, aparecida, reaparecida, de improviso en la noche. El tema de fondo es la resistencia de una parte de la sociedad y el estado español a investigar los crímenes del franquismo, escudándose en la prescripción y la amnistía.
La caída del juez de la democracia dejará una herida muy profunda en España y Europa, y es un aviso de la impunidad. Garzón es el símbolo de la justicia global contra la violación de los derechos humanos, el terrorismo y la corrupción.
El diario El País de Madrid, hoy recuerda que todo se inició en octubre cuando Garzón se declaró en octubre de 2008 competente para investigar la desaparición de las víctimas del franquismo. En su auto, el magistrado atribuyó al dictador Francisco Franco y a otros 34 jefes que dirigieron la rebelión contra el Gobierno de la República un plan de exterminio sistemático de sus oponentes y de represión que terminó con al menos 114.266 desaparecidos, de los que no se ha dado razón de su paradero, y que se enmarca en un contexto de crímenes contra la humanidad. Garzón añadió que al estar muertos los implicados no existía responsabilidad penal, por lo que los juzgados territoriales correspondientes tendrían que hacerse cargo del caso. Garzón se inhibió un mes después en favor de estos 62 juzgados.
No hay mucho que comentar. Una victoria de la parte más conservadora y oscura de España. Solo recordar a Vallejo, en ¡Cuídate España, de tu propia España! alertando:
¡Cuídate del que come tus cadáveres,
del que devora muertos a tus vivos!

En España aparta de mi este cáliz imploraba:
¡Niños del mundo, está
la madre España con su vientre a cuestas;
está nuestra maestra con sus férulas,
está madre y maestra,
cruz y madera, porque os dio la altura,
vértigo y división y suma, niños;
está con ella, padres procesales!

El Premio Nobel portugués José Saramago dijo hace unas horas que “las lágrimas del juez Garzón son mis lágrimas”. Leerlo en su blog:
http://www.josesaramago.org/
Actualización domingo 16 de abril
Escribí algunas otras reflexiones sobre el tema en La Rpública, en un artículo titulad La caída del juez global:
Actualización jueves 27 de mayo
Encontré en la revista Ideéle, Nº 199 un artículo vibrante y atravezado por el dolor, de la psicoanalista Matilde Ureta de Caplansky. En él asume y nos recuerda el sentido ético de Antígona. El artículo es el siguiente:
"!Cuídate España de tu propia España!
Matilde Ureta de Caplansky / Psicoanalista
Lo sucedido en España con la suspensión del juez Garzón por el Consejo General del Poder Judicial nos toca a muchos de nosotros cercanamente. Crecimos con nuestros padres hablando de la Guerra Civil Española, conociendo a sus exiliados. Mi primera maestra —exiliada catalana de la guerra que acababa de llegar a América—, Dolores de la Piera se llamaba, comprobó que yo a los 3 años sabía leer y aprendí en 30 días a escribir con sus indicaciones.
Esos recuerdos son el telón de fondo para sentir que los franquistas y falangistas “eran los malos de la película” por lo menos en mi entorno.
Leyendo años después a Javier Marías, Los soldados de Salamina, de Cercas, amén de otras lecturas, nos dimos cuenta de que el mundo no es maniqueo, de que los llamados “rojos” también habían cometido barbaridades, y que finalmente tenemos que hablar de seres humanos imperfectos, pecadores y perversos.
Como bien dice Juan de la Puente en un excelente artículo sobre el tema: “[…] la impunidad está de fiesta. Dictadores, terroristas y corruptos tienen, por lo menos, un minuto más de aliento. Que la Antimemoria se ha impuesto nuevamente”. Por eso este dolor que tengo, esos recuerdos, ahora tan antiguos… de que los justos tienen un lugar en nuestro mundo y en nuestros corazones y creencias. Garzón, el juez justo, y por cierto mediático, porque además es joven y buenmozo.
Pero sobre todo valiente y justo. El que se atrevió a causas que creíamos imposibles.
Que quiso, en esta ocasión, devolver a sus tumbas a 130.000 personas y a sus familiares una paz de misión cumplida. Recordemos el mito de Antígona, quien luchó hasta su muerte para que su hermano tuviese sepultura.
Entonces, ¿por qué estas familias de tantos desaparecidos no tendrían el derecho a encontrar un sitio donde ir y poner flores a sus muertos?
Sabemos, quienes somos huérfanos, que el cementerio tiene una acogida en nuestro dolor y congoja. Que vamos “a conversar con ellos”, a “contarles” lo que nos va pasando, bueno y malo. Entonces me pregunto: ¿Por qué este ensañamiento del Consejo en cuestión con Garzón, quien “solo pretende dejar la memoria limpia”? ¿Por qué es tan temido y tan horrible lo que pretende Garzón que hacen lo injusto e imposible para impedirlo?
Quizá recordé a un periodista español decir muy suelto de huesos: “Lo que es yo, sé que mis abuelos murieron en manos de la Falange, pero ahora quiero cerrar ese capítulo y no quiero indagar más”. ¿Indagar más? ¿Acaso eso es posible? ¿Se puede dormir con los cadáveres insepultos?
No señores, no es posible; es cien veces mejor y más sana la verdad dura y cruda que el ocultamiento y el engaño. Eso ya lo sabemos. Entonces ¿por qué tratar de tapar el sol con un dedo? Y creíamos que España se “había civilizado”, que sus gentes eran más sanas, y han reaparecido los monstruos oscuros y reaccionarios, crueles y malos. Como dice César Vallejo (citado por De la Puente):
“Cuídate España de tu propia España… cuídate del que come tus cadáveres…”.
Sabemos que no será siempre oscuro el día, que la noche también se acaba, y así sucesivamente. Esperemos que, entonces, llegue la luz a España y a nosotros los herederos de una creencia de que el mundo y la humanidad pueden ser justos y bondadosos aunque sea por horas… y que la injusticia y el dolor no es lo único que existe entre nosotros. Y que debemos esperar. Los que saben rezar deben hacerlo, y los otros, los que no, esperar pacientemente a que el mundo se vuelva más justo y valiente".
Se puede tambièn leer en:

sábado, 24 de abril de 2010

El Caso Garzón

Pongo a su disposición el artículo del profesor italiano Paolo Flores D`Arcais publicado en El País de Madrid el 18 de febrero de este año, en relación al Caso Garzón, el proceso que impulsa el Tribunal Supremo de España contra el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, a quien acusa de prevaricar al declararse competente para investigar las desapariciones durante la guerra civil española (1936-1938) y el franquismo.
Si bien existen otras causas del Supremo contra Grazón –por rechazar una querella contra el banco BSCH que le financió la realización de un curso en EEUU y otra por autorizar la interceptación de las conversaciones que mantuvieron en prisión los imputados en el caso Gürtel (la trama de corrupción que afecta al Partido Popular español) con sus abogados defensores- esta es la más relevante y ha motivado una ola mundial de solidaridad con Garzón y ha reabierto el debate sobre la memoria en España y otros países que sufrieron procesos de violencia
El artículo del profesor Flores D`arcais es intersante por la perspectiva jurídica que expone en el caso, señalando que la clave de este proceso no se reduce a que si puede Garzón investigar las desapariciones sino a la autonomía judicial.
EPaolo Flores d’Arcais (Italia, 1944) es profesor de Filosofía en Roma y fundador de MicroMega, una de las revistas de pensamiento de referencia en Europa. Publica habitualmente sus artículos en
El País (España), Frankfurter Allgemeine Zeitung (Alemania) o Gazeta Wyborcza (Polonia).
El artículo puede leerse en el siguiente link:
http://www.elpais.com/articulo/opinion/caso/Garzon/elpepiopi/20100218elpepiopi_11/Tes
También puede accederse a él pulsando el título de esta entrada.
Un resumen de los procesos contra Garzón se puede ubicar en el link:
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/03/15/espana/1268667624.html
Análisis sobre este caso puede encontrarse en el sitio del Grupo de Trabajo sobre Justicia Internacional y Derechos Humanos dedicado a este caso, en el link:
http://www.crimenesinternacionales-franquismo-casogarzon.es/2010_04_01_archive.html
Entre los autos del Supremo conviene tener en cuenta el del 3 de febrero del 2010, en el link:
http://docs.google.com/fileview?id=0B1PwNQdOyV4pZWY4MmYzMTctMmVhNi00ZmU5LWE4MmQtMzczZDA4YWUwYWEy&hl=es
Finalmente, para ubicar el proceso en el tiempo, conviene tener en cuenta el cronograma de este caso, consignado en el Periódico de Extremadura (España)
27 de mayo del 2009. El Tribunal Supremo (TS) admite a trámite la querella por prevaricación que el sindicato ultraderechista Manos Limpias presenta contra Garzón por considerar que éste se declaró competente para investigar las desapariciones durante la guerra civil y el franquismo sabiendo que no lo era.
24 de junio del 2009. El Supremo admite otra querella por prevaricación contra el juez de la Audiencia Nacional por su actuación en el caso de las desapariciones durante la guerra civil y el franquismo de la asociación Libertad e Identidad y la acumula a la interpuesta por Manos Limpias.
8 de septiembre del 2009. El magistrado instructor de la causa contra Garzón, Luciano Varela, cita a Garzón para que declare en calidad de imputado.
9 de septiembre del 2009. Garzón declara como imputado en el TS, donde es arropado por familiares de desaparecidos.
15 de septiembre del 2009. Garzón presenta en el Supremo una resolución judicial en la que se le considera competente para investigar las desapariciones durante la guerra civil y el franquismo.
1 de octubre del 2009. El abogado de Garzón, Gonzalo Martínez-Fresneda, solicita al Supremo el archivo de la querella de Manos Limpias y la asociación Libertad e Identidad.16 de octubre del 2009. El Alto Tribunal pide las normas de reparto de la Audiencia Nacional para comprobar en qué circunstancias asumió el juez la competencia para investigar las desapariciones durante la guerra civil y el franquismo.
22 de diciembre del 2009. Garzón pide al Supremo el archivo de la causa y se queja del retraso "injustificado" en la instrucción.
13 de enero del 2010. El Tribunal Supremo admite a trámite una querella de Falange Española de las JONS contra Garzón por los mismos hechos.
4 de febrero del 2010. El magistrado Luciano Varela rechaza la petición de archivo de la causa en un auto en el que le acusa abiertamente de prevaricación.
10 de febrero del 2010. Garzón recurre el auto de Varela y le pide que cite a declarar, entre otros, a la exfiscal del Tribunal Penal Internacional Carla del Ponte, al juez chileno Juan Guzmán --que en 1999 procesó a Augusto Pinochet-- y al magistrado argentino Eugenio Raúl Zaffaroni.
25 de marzo del 2010. La Sala de lo Penal del Supremo rechaza el recurso de Garzón en un auto en el que dice que "ni hay certeza sobre la inexistencia del delito, ni es arbitraria, ilógica o absurda una posible calificación acusatoria por prevaricación", por lo que la causa debe seguir adelante.7 de abril del 2010. Varela transforma las diligencias previas en procedimiento abreviado y declara que "ha lugar a proceder" contra Garzón por prevaricación, lo que anticipa la apertura de juicio oral al magistrado