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sábado, 19 de marzo de 2016

La gran polarización

http://larepublica.pe/impresa/opinion/749314-la-gran-polarización
La República
La mitadmasuno
18 de marzo de 2016
Juan De la Puente
La exclusión de Julio Guzmán del proceso electoral ha traído efectos en cadena que elevan el nivel de incertidumbre de los resultados de las elecciones, que se añade y funde con la otra incertidumbre, la de los cuestionamientos por la salida o permanencia de los candidatos presidenciales. El último de los efectos y quizás el más decisivo es la formación de una gran polarización.
La salida de Guzmán y Acuña ha operado como la puerta de entrada a la campaña de los movimientos sociales. Estos habían estado marginados de un proceso electoral hegemonizado por los medios. En seis meses de campaña casi ningún candidato había realizado consultas con la parte organizada de la sociedad civil.
Dos destellos que patentizaron el divorcio entre los candidatos y el país que reclama –más allá de la oferta sobre el salario mínimo– fueron la visita de Alfredo Barnechea al Cusco para proponer la renegociación de los contratos del gas y la presencia de Verónika Mendoza en Amazonas, en la zona del derrame de petróleo. No es casual que estos hechos fueran seguidos de los primeros incrementos en la intención de voto de ambos.
El ingreso de los movimientos sociales a la campaña ha sido autónomo y es probable que se desarrolle en esa línea, y lo hacen portando su bandera principal, el antifujimorismo. Esta irrupción y la subida de Mendoza de 4% a 9% fueron rápidamente respondidas con la activación del antiizquierdismo. En pocos días se ha formado una polarización entre la tradición anticonservadora y la tradición antisocialista, una disyuntiva de contenido tenazmente ideológico, insospechado hace solo 10 días aunque su forma sea menos elaborada discursivamente y más adjetivada, entre “China corrupta” y “Vero terruca”.
Esta polarización tiene dos probables desenlaces: 1) que la cobertura del escenario por las dos opciones adelante la segunda vuelta electoral y se acelere la concentración de votos, estrechando las posibilidades de PPK, Barnechea y García, de modo que Keiko y Verónika disputen la segunda vuelta; o 2) que se abra una alternativa que desarme y derrote esa polarización ubicada en medio de los discursos y adjetivos, y sea un antifujimorismo light el que pase a la segunda vuelta.
Lo segundo ya se ha visto en dos procesos electorales. En 1990, Fujimori derrotó la polarización Fredemo Vs. Apra-izquierda, pasando de 3% a 27% en cinco semanas y el año 2006 Alan García rompió la disputa Lourdes Flores Vs. Ollanta Humala pasando con este a la segunda vuelta.
Ni Keiko ni Mendoza han renunciado a la polarización, que le conviene a la segunda, ubicada a 23 puntos de Keiko. Por su parte, el fujimorismo en lugar de huir de la disyuntiva está cometiendo el grave error de alimentarla desatando fuerzas que dormitaban respecto de su pasado y alejándose del discurso de Harvard, es decir, la reconciliación, el reconocimiento de errores y una ligera ruptura con la herencia de Fujimori padre.
Desatadas las fuerzas, es también poco probable que si Fuerza Popular y el Frente Amplio decidieran bajar las tensiones, lo consigan. Ambos grupos y no otros son tributarios de los antis que colisionan. La revisión de campañas en los medios y en la calle confirma que ambas tradiciones se han empezado a defender y a atacar incluso al margen de las estrategias de campaña.
No aparece todavía un candidato que se proponga disolver esta polarización. Los otros competidores, PPK, Barnechea y García creen que les puede ir bien manteniendo sus discursos de campaña sin mirar a los costados, prefiriendo un rival y perdonando al resto o haciendo incursiones cortas para luego retroceder.
El volumen inédito de votos que se movilizan interactúa abiertamente con la movilización de la calle. Se están moviendo rápidamente los votos y los antivoto. Quienes impulsaron la exclusión de Guzmán creyendo que con una jugada ganarían la partida se equivocaron. Han liberado fuerzas que actuarán en el corto y mediano plazo.

La ley es la ley y sus dos hermanos

http://larepublica.pe/impresa/opinion/747674-la-ley-es-la-ley-y-sus-dos-hermanos
La República
La mitadmasuno
11 de marzo de 2016
Juan De la Puente
Los amigos de la frase “la ley es la ley” ya tienen su respuesta: desde hace 15 años la Organización de Estados Americanos (OEA) no ponía reparos a un proceso electoral peruano. Asimismo, desde hace 15 años no teníamos a influyentes medios internacionales cuestionando el “tecnicismo” electoral que acaba en veto político.
Ajustemos cuentas con la madre del desmadre, la frasecita antediluviana de “la ley es la ley”. Empecemos recordando que en la historia hubo ley sin democracia y que la humanidad vivió miles de años con ley pero sin Estado de Derecho, y que hubo y habrá leyes sin que necesariamente sean justas.
Antes de la Revolución Francesa y de la Revolución Gloriosa (Inglaterra S. XVII), y aún más de un siglo después, se refugiaban en la ley los que vendían esclavos, arrebataban al pueblo sus propiedades, quemaban a los incrédulos, azotaban a las adúlteras  y obligaban a los operarios a trabajar 14 horas diarias.
En el Perú no hubo abuso mayor que el que se cometió bajo el paraguas de la ley, ya proclamada la República, como la continuación del cobro del tributo indígena y la esclavitud, el enganche de trabajadores para las obras públicas, el exterminio de las poblaciones nativas y la exclusión del derecho al voto de mujeres y analfabetos. El mismo Apra fue objeto por décadas de una cláusula legal que tildándolo de partido internacional le impidió participar en la vida nacional.
La frasecita intenta modernizarse amparándose en el principio de legalidad aunque de manera equivocada. Este principio consagra lo contrario, es decir, que no basta que la ley exista (lex scripta), sino que sea anterior al hecho sancionado (lex praevia) y que el motivo de la sanción sea preciso y determinado (lex certa).
Norberto Bobbio decía que si hubiese una disyuntiva entre el gobierno de las leyes o el gobierno de los hombres, él escogería el primero porque la democracia es el gobierno de las leyes y porque la ley opera, precisamente, como un freno al abuso del poder pero no es el poder mismo.
Para Francisco J. Laporta no es posible entender el Estado de Derecho sin sus tres componentes: 1) el imperio de la ley; 2) los derechos del hombre; y 3) el principio democrático. Por esa razón existen dos desviaciones que el derecho peruano rechaza, el abuso del derecho (artículo 103° de la Constitución) y el fraude de ley. Para no incurrir en ambos vicios es preciso no quedarse en la ley sino tomar en cuenta los principios que toda norma encarna (TC Exp N° 05859-2009-PA/TC).
El concepto plano de que “la ley es la ley” en el siglo XXI es totalitario y conservador. En nuestro país es hermano de otros atavismos peligrosos para la democracia como “la mano dura” y el “principio de autoridad” (sin principio de justicia), que nos han explotado en la cara y han conducido sendas capitulaciones del Estado, como en el “Arequipazo” (2002), Cerro Quillish (2004), Combayo (2006) “Moqueguazo” (2008), el “Baguazo” (2009), Conga (2012) y Tía María (2015). Luego de los muertos, los tres hermanos se recogen en silencio para volver a aparecer para causar estropicios. Como ahora.
El Estado de Derecho solo empieza con la ley, pero no se reduce a ella. Exige que además de ser ley, la ley sea justa, que no esté reñida con la libertad individual, y desde la posguerra (1945) se pide que no colisione con los derechos colectivos y los estándares internacionales. Se le pide aún más, que su aplicación se ajuste a un reglamento y a un proceso cierto, y que cuando se resuelva una controversia se tenga motivación y argumentos reconocidos como justos.
En este punto el debate ha sido ganado felizmente por las ideas liberales. El derecho moderno exige que la razón no se someta a la ley sino que la ley se someta a la razón. A ello se debe que estados y organizaciones regionales y mundiales cuestionen aspectos centrales de la legalidad cubana, china, iraní, turca, saudita o venezolana. Esto vale para el proceso electoral actual, en el que se esperaba que la ley sirva para organizar la competencia democrática, pero no para la eliminación del adversario.

domingo, 21 de febrero de 2016

Guzmán y Keiko no deberían estar muy contentos

Por Juan De la Puente
La encuesta de Ipsos publicada hoy presenta un escenario electoral nuevo, distinto al de los 5 o 6 meses anteriores, y es reveladora en dos aspectos:
1.- Destruye la segunda línea del escenario al separar a Julio Guzmán de otros cinco candidatos (PPK, César Acuña, Alan García, Verónika Mendoza y Alfredo Barnechea) y crea con estos una tercera línea. Ya no más Blancanieves y los siete enanitos. El nuevo escenario es más fragmentado aunque menos disperso. Entre los cinco candidatos mencionados obtienen 28% de intención de voto.
2.- Se definen tendencias que parecen irreversibles a 50 días de las elecciones, entre ellas la caída de PPK (pierde 7 puntos desde diciembre), el desplome de Acuña (cae 7 puntos en un mes) y la irrupción por ahora moderada de Verónika y Barnechea (los dos están en 4%). Alan es un misterio demoscópico porque si bien ha bajado tres puntos desde diciembre, esta caída no es tan profunda como para convertirse en una tendencia. Además, siempre hay que recordar parafraseando al “Puma” Carranza, que el Apra es el Apra.
La primera reacción de los partidarios o votantes de Guzmán debe ser la alegría porque trepa 13 puntos en un mes. No obstante, esta subida no parece corresponder a la intensidad del momento que lo convierte en protagonista. Habida cuenta que ha sido objeto de una extensa publicidad a raíz de las resoluciones del JNE y JEE, y que tiene la oportunidad de presentarse como la gran víctima de las reglas de la vieja política, yo esperaba algunos puntos más, entre 22% y 25%. Podría ser que Guzmán haya desperdiciando un tiempo valioso en las carpas frente al Jurado en lugar de ponerse la vincha y llamar con resolución a la movilización ciudadana para construir una alternativa más potente.
Sobre Keiko, la comodidad del 30% no debe evitar advertir si se desea ser rigurosos que ha caído 3 puntos, casi el 10% de lo que tenía el mes pasado y 5 puntos desde diciembre. Sucede que la destrucción de la figura de Blancanieves también le afecta. Mirando la letra pequeña de la encuesta de Ipsos hay hechos que su campaña tomará en cuenta.
Entre ellas menciono dos; Keiko cae fuertemente en un mes en las regiones; en el centro 16 puntos (de 42% a 26%) en el sur 3 (de 25% a 22%), en el oriente 6 (de 35% a 29%), y en el Perú rural 9 (de 40% a 31%). En compensación a ello, parece haber recibido algo de la caída de 7 puntos de Acuña en el norte.
La composición de la intención de voto de Guzmán es la expresión de este samaqueo que se aprecia fuera de Lima. Guzmán tiene 22% en el Perú Rural y 25% en el sur. En tanto, ha frenado su irrupción entre los jóvenes (24%) y tiene problemas con el sector E (11%), aunque penetra más fácilmente allí que PPK, así como en los sectores C y E.
De hecho, ahora PPK frena a Guzmán como el 2011 frenaba a Toledo. La pelea Guzmán/PPK será la más sangrienta de las próximas semanas, claro si Guzmán sigue en carrera.
El escenario descrito evidencia cierta estabilidad en Lima y en los sectores A y B, y más movimientos en los sectores de “abajo” y en las regiones. También evidencia que a diferencia de diciembre y enero las contracampañas y denuncias han funcionado más que las campañas. Lamento tener la razón en el sentido que la contrapolítica es más fuerte que la política.
Me inclino a pensar que Keiko está saliendo de su zona de confort y que Guzmán es dueño ahora del 18% pero también de un fuerte y rápido anti que ya hizo efecto en Acuña. Guzmán solo puede ensayar una huida hacia adelante, es decir, convertirse en el candidato antifujimorista por excelencia aunque eso lo llevará a cambiar su narrativa y ser menos duro con los que llama dinosaurios. Esa operación de desvestirse y vestirse en medio de la escena es compleja y no siempre ha funcionado.
Finalmente, no sería correcto predecir cómo se resolverá la disputa en la recientemente creada tercera línea. Mientras que PPK y Alan están condenados a combatir a Guzmán, Acuña en bajada tiene la obligación de no pelearse con nadie en particular. A Verónika y Barnechea les ha ido bien hablándole primero al país y quizás sea el tiempo de que ensayen un discurso desde la política contra la antipolitica y sus candidatos precarios, una labor que ahora solo la realiza Alan.

viernes, 5 de febrero de 2016

Campaña electoral zombie

Me había preparado para una campaña electoral combi pero aprecio el inicio de una campaña zombie. Sostuve hace días que ya no estaba en discusión si César Acuña iba a ser Presidente de la República sino si sería candidato, y que la campaña electoral estaba suspendida en el aire. El nuevo episodio de plagio/apropiación del libro del profesor Otoniel Alvarado y la reacción de Acuña consolida el bloqueo al que se dirige una campaña llamada a renovar la democracia.
Me explico. Podemos votar el 10 y claro que lo haremos; iremos muy probablemente a una segunda vuelta, pero el contexto actual es de una no campaña que conduce a una crisis mayor luego del 28 de julio, bloqueada por los asuntos escandalosos, específicamente los que involucran a Acuña. Se tiene también el caso de Guzmán, a lo que ha conducido un absurdo manejo de una instancia menor del JNE y que ojalá este resuelva pronto. Se tiene a la vista otros asuntos como el paquete de tachas a los candidatos al Congreso y el debate sobre sus cualidades éticas. Esta discusión ya se está llevando a cabo en las regiones aunque todavía no se agregan política y nacionalmente. El país se enterará pronto de decenas de joyas que pretenden llegar al Congreso.
La discusión sobre si esto afectará poco o mucho a Acuña fue fugaz y ahora es mucho más egoísta que antes. Para empezar, ya afectó el país y claro que afectará al resto de candidatos. ¿Algún iluso cree todavía que la explosión de desconfianza no lo tocará?
Ha afectado en general al sistema educativo y a toda apuesta de cambio que se propone respecto de la calidad de la educación y de las políticas de fomento de la investigación y la ciencia. En las últimas horas ha afectado a un maestro –Otoniel Alvarado- que luce indefenso, sorprendido, agobiado y aventajado por un sistema injusto que compra ideas, libros, personas y si no puede, los arrebata.
¿Qué deben estar pensando en este momento decenas de miles de maestros? ¿Qué pensarán ahora mismo decenas de miles de estudiantes y sus padres de familia de las universidades de la familia Acuña? Vaya que ni siquiera el asunto se detiene en los problemas de la familia Acuña y sus universidades sino en el futuro de la educación regentada por manos privadas.
Ese es el sentido de bloqueo de la campaña y la razón por la que creo que está suspendida en el aire. De esta campaña zombie emergerán qué duda cabe poderes Ejecutivo y Legislativo sumamente débiles. Yo, sinceramente no deseo eso para mi país. Al contrario, quiero un nuevo poder fuerte, que pacte, que haga reformas y termine sus plazos constitucionales.
Yo no voltearía los ojos ahora al JNE porque me queda claro que no tiene herramientas para resolver el caso Acuña y siento que ir en esa dirección es machacar su necesitada solvencia. Me decanto por el camino abierto en las últimas horas en relación a lo que pueda hacer Indecopi y la fiscalía.
No obstante, apelo también al sentido común del hombre público que protagoniza este dramático episodio. Siento que si no actúa con sentido común perderá todo o gran parte de su todo.

sábado, 2 de enero de 2016

Candidatos: ¿Se parecen demasiado?

http://larepublica.pe/impresa/politica/723791-candidatos-se-parecen-demasiado
La República
(Balance corto de CADE 2015)
6 de diciembre de 2015
Juan De la Puente
La idea general luego de las exposiciones de los candidatos presidenciales en CADE 2015 es que los aspirantes se parecen tanto en las propuestas como en sus omisiones. De los tres grandes problemas que dominan la campaña electoral –la desaceleración de la economía, la corrupción y la inseguridad– solo el primero fue abordado con cierta amplitud –aunque no en profundidad– en una medida que permite considerar la evolución del Perú si alguno de ellos ganara las elecciones.Esta coincidencia no es suficiente para generar un consenso sobre un nuevo ciclo de crecimiento. Localizadas en la inversión pública, las propuestas no abordaron dos reclamos actuales, la caída de la inversión privada y la diversificación productiva.
Ha faltado más coherencia dirigida a proyectar una imagen completa de ese pacto para una estabilidad macroeconómica que nos es necesaria.
Las diferencias están en su disposición a relacionarse con los ciudadanos. Dos ejemplos sobre ello: 
1) Alan García y AlejandroToledo apuestan por la política mientras que los otros tres reducen el gobierno a la gestión técnica; es la colisión entre la década de 2001-2011 con la de 1990-2000, de la que Humala es una síntesis desarmada. PPK llegó al extremo de prometer menos política, como si esa contra-política no nos estuviera matando. 
2) Dos candidatos, García y PPK, designaron ante cámaras a sus ministros de Economía, mientras Keiko guardó bajo siete llaves la identidad de su equipo.
La presentación en la CADE 2015 ha servido también para verificar otros límites. Los candidatos carecen por ahora de una visión que relacione un probable gobierno suyo con las reformas institucionales que el país necesita con urgencia, y ya no solo las 32 iniciativas presentadas por la Asociación Civil Transparencia, sino a otras referidas a la corrupción y a la inseguridad. Si esa carencia obedece a la convicción de que los próximos 5 años son una simple extensión de los últimos 15, tenemos problemas. 
Finalmente, también ha servido para fijar un techo conceptual al crecimiento de Acuña, que parece adolecer de la misma falta de calidad que su presentación.

viernes, 9 de enero de 2015

Cazadores de talentos.05/12/2014

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/cazadores-de-talentos-05-12-2014
La República
La mitadmasuno
5 de diciembre de 2014
Juan De la Puente
La reciente encuesta de GfK publicada por La República vuelve a indagar por la aprobación de siete líderes, cuatro de los cuales serán sin duda candidatos presidenciales el 2016. Los datos que ofrece el sondeo revelan limitadas capacidades de representación y una reducida plataforma desde donde partirán en una campaña electoral que desde ahora se anuncia con más pasajeros que las anteriores. Las cifras no son un buen punto de partida.
Salvo Luis Castañeda, que aumenta casi 20 puntos de aprobación, explicado por su reciente victoria electoral y las expectativas en su gestión, el resto de líderes conserva casi inalterable la aprobación de los últimos 18 meses. Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski muy por encima del tercio, 43% y 40%, respectivamente; Lourdes Flores, otra excepción, ha descendido del tercio a 27%, en tanto Alan García y Alejandro Toledo se sitúan alrededor del quinto, AGP con el 23% y Toledo con el 17%. GfK ha empezado a medir a César Acuña que obtiene 15%.
Los desagregados de las cifras son interesantes. Castañeda es aprobado de modo homogéneo en los sectores C, D y E, pero ofrece un bajón en los sectores A/B donde cae varios puntos. Sucede otro tanto con Keiko, con 10 puntos menos en A/B pero que sube en el sector D. 
Al contrario, PPK es mucho más aprobado en A/B donde alcanza 51% pero cae en el sector D a 27%; sucede lo mismo con Lourdes que sube a 40% en A/B y baja a 17% en D. En cambio García y Toledo son un tanto más homogéneos en sus aprobaciones; el último solo cae ligeramente en A/B.
Se aprecia también significativas brechas entre Lima y las regiones. Líderes trajinados, dos ex presidentes, García y Toledo, obtienen un respaldo homogéneo en la capital y fuera de ella, y lo mismo sucede con Keiko, premiada por su activismo en las regiones y el efecto de su afán de construir un partido. En cambio, la brecha Lima/Regiones es alta en el caso de Castañeda (21 puntos), PPK (16), Lourdes (13).
La aprobación territorial es mucho más compleja y desafiante. Castañeda es débil en el centro, sur y oriente del país, en tanto Keiko es fuerte en el norte y sur, desmintiendo en su caso el antagonismo sociopolítico de estas zonas, aunque cae en el centro. PPK y Lourdes aparecen con bajas aprobaciones en el sur y en el oriente, mientras que a García le va mejor en el centro y sur, y no en el norte, confirmando la crisis del imaginario aprista del “sólido norte”, territorio donde Acuña trepa al 25%.
Estas cifras reflejan la baja implantación de un liderazgo nacional apto, confirmando lo que las elecciones del 5 de octubre revelaron, es decir, la ausencia de un voto nacional en medio de un país políticamente fragmentado. El análisis que pretendió argumentar que les va mejor a los líderes sin sus partidos debería ser revisado porque salvo en Lima, la suerte de unos está aparejada a la de los otros. Podría decirse que la campaña no ha empezado, aunque esto no cambia el fondo del asunto: salvo Keiko, los candidatos no parecen tener a la mano instrumentos propios para penetrar o regresar a las regiones.
Tampoco suenan liderazgos regionales de proyección nacional. El que está en lisa, Acuña, ha dicho que no postulará a la presidencia, y solo se rumora la del actual Presidente de la Región Moquegua, Martín Vizcarra, de modo que como en el pasado los líderes nacionales irán a la caza de los votos en las regiones con la cooptación de movimientos regionales y candidatos independientes, fagocitando al ya débil regionalismo.
Con el único “sólido” capitalino, esta caza será crucial y riesgosa; el reclutamiento de líderes regionales por líderes limeños tiene historia en los tres últimos parlamentos, cuando la mayoría de los pillados en falta fueron producto de arreglos políticos y financieros para vestir nacionalmente candidaturas capitalinas. En cualquier caso, este mecanismo de nacionalizar lo limeño tiene como consecuencias gobiernos débiles y parlamentos fragmentados que no logran representar o que pierden con rapidez la legitimidad de la representación.