viernes, 5 de agosto de 2011

La cumbre antidrogas

La Mitadmasuno
La República
4 de agosto 2011

Juan De la Puente
http://www.larepublica.pe/04-08-2011/la-cumbre-antidrogas


El presidente Humala ha propuesto una cumbre presidencial antidrogas, reintroduciendo la posibilidad de una diplomacia al más alto nivel. Para el análisis deberían recordarse algunos hitos: a) la cumbre realizada en 1989 en San Diego, Texas, con la participación de George Bush padre, Virgilio Barco (Colombia), Jaime Paz (Bolivia) y Alan García (Perú), un esfuerzo pionero que, sin embargo, quedó en el papel; b) la cumbre de Cartagena, Colombia, en 1990, que abrió paso al proceso que culminó en 1996 con la adopción por parte de la OEA de la Estrategia Antidrogas del Hemisferio, en la que se incorpora el concepto de responsabilidad compartida; c) la cumbre convocada por el Presidente Álvaro Uribe el 2008 en Cartagena, Colombia, a la que asistieron solo seis presidentes de la región, un sonado fracaso; y d) la cumbre no realizada, aquella ofrecida en agosto del 2006 por Alan García, y que iba a sentar en una mesa nuevamente al Perú, Bolivia y Colombia junto a EEUU.
La promesa de Humala se realiza en un contexto regional de inéditos fenómenos como: 1) la notable reducción del consumo de cocaína en EEUU en el último decenio y la duplicación del mismo en Europa durante ese periodo; 2) el relativo éxito colombiano en la erradicación del cultivo de coca, en el marco del Plan Colombia; 3) la violencia narcótica que azota México y la concentración del comercio por el crimen organizado que regentan sus bandas; y 4) el incremento del consumo de cocaína en los países de América Latina.
En ese panorama inédito, el Perú ha colocado su “cuota”. En 10 años se ha posicionado como un país gran productor de cocaína, caminando a ser el primero, incrementando sus cultivos ilícitos, y se ha convertido en un consumidor nato de drogas. No obstante, también ha puesto en vigencia un modelo propio de desarrollo alternativo de efecto sostenible.
En ese marco, una cumbre presidencial está llamada, sobre todo, a ser regional y a evitar el sentido bilateral que reduce la relación a los intereses propios de los países productores y consumidores. La agenda actual es más abierta: financiamiento de políticas, crimen organizado, cultivos, consumo, medio ambiente y desarrollo alternativo. Si hay presidentes que no pueden faltar a una cita antidrogas promovida por el Perú son los de los países limítrofes, especialmente Brasil, que podría ser para el Perú lo que EEUU es ahora para México.

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